Salimos con nuestras bicis y nos plantamos en Kita-kamakura. Muy cerca del Engakuji, se encuentra este templo que no sale en muchas guías, pero que es realmente recomendable hacerle una visita.
  Meigetsu-in data de 1160 y aunque no dispone de grandes santuarios o impresionantes estructuras de madera maciza, vale la pena adentrarse en el y disfrutar del relajado ambiente Zen que se respira en cada rincón. 
 Preciosos jardines, una arboleda de bambú, varios santuarios, un jardín Zen y detrás de todo esto un amplio jardín lleno de árboles de diferentes colores y variada vegetación (A esto último no fuimos por que había que pagar un suplemente de 500 Yenes y ya empezamos la etapa pobre de ahorrar un poco para las escapadas a Tokyio)
Encontramos unas cuantas de éstas esculturas de conejos en el interior.
La visita a éste templo merece la pena aunque sólo sea para contemplar en persona esta preciosidad.
A veces cuando veo uno de estos jardines Zen me entran ganas de entrar dejar mis huellas y dibujar algo. Que malas ideas que tengo... :-)
Increíble. Desde que llegamos a Japón los animales salvajes que nos hemos encontrado han sido todos muy distantes. Ya sean gatos, ardillas, patos. Pero esta ardilla debe estar muy acostumbrada a los humanos, pues nos acercamos sigilosamente hasta pocos centímetros y la muy ardilla seguía comiendo su maíz. Que supongo, un monje habría puesto allí apropósito para el deleite de las ardillas y los pajaritos del lugar.
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Que bueno, lo de el jardin ZEN precisamente es una prueba de decir no a la tentacin y entrar en calma para simplemente disfrutar de la belleza.
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