Enoshima, una visita obligada

Enoshima da para todo un día si uno quiere visitar todos y cada uno de los recobecos que hay en su interior. Un templo y seis santuarios nada menos. Algunos de ellos tienen más de 800 años y otros son más modernos, pero todos merecen la pena ir a verlos. Nosotros fuimos en bici desde Zushi y llegamos en poco más de una hora. A unos 2 Km dirección Kamakura desde Enoshima hay un sitio perfecto para tomar fotos de la isla.

Merce la pena hacerse el camino aunque sea caminando desde Kamakura por la costa hasta Enoshima. las vistas son impresionantes. También debéis tener suerte de encontrar un día despejado.

Éste es el lugar del que hablaba al principio. Además tiene asientos de piedra y una mini pradera para llevarse el picnic de casa o el súper y estarse un ratito disfrutando de las vistas.

Una vez en la isla se respira un agradable ambiente de mercado y puestecitos de comida y Souvenirs. 

Cualquier rincón de esta isla puede sorprenderte, no te despistes.

Si te cansas de subir escaleras tienes la posibilidad de subir por las automáticas que cuestan 100 Yenes. Pero también tienes muchas opciones de perderse cosas bonitas.

¡A pedir deseos para el nuevo año!

Éste es el puente por el que hay que cruzar para llegar a la isla. Se construyó hace más de 100 años. Antes de ésta construcción los habitantes de la isla tenían botes para volver a la ciudad.

Con esa bola entre la garras ¿no te suena de algo este dragón?

La torre de Enoshima es un referente para los turistas locales.

Hay muchos gatos salvajes en la isla, muchos de ellos abandonados. Los lugareños y propietarios de restaurantes les dan de comer y también son motivo por los que muchos Japoneses vienen a la isla.

¡Éste si que tiene que ser el Dragon de Dragon Ball!

En el otro lado de la isla se puede llegar a una cueva prehistórica. En ella se encuentra un mini santuario de 1500 años de antigüedad. Como cabía esperar la visibilidad es casi nula y tengo a parte de ésta 0 fotos decentes para enseñaros. La entrada son 500 yenes.

Al salir de la cueva uno se encuentra con éstas vistas. Muy recomendable visitarlo al atardecer. Puedes sentarte por las rocas y disfrutar de los últimos minutos de luz.